miércoles, 18 de septiembre de 2013

PERCEPCIÓN SOCIAL DE LA POLIO 1


Se va visto como a unos seres generosos, con espíritu de sacrificio y desgraciados por su infortunio y paralís.
Se transmitió, por un lado, una imagen de normalización de la vida (vía rehabilitación física e intelectual) mediante un gran esfuerzo personal y espíritu de lucha y, por otro lado, de ingenuidad y conformidad frente a la enfermedad y sus secuelas. Se resaltaba la plena capacidad intelectual de las personas víctimas de la polio.
No se menciona en qué medida sufrir dicha enfermedad y sus secuelas habían cambiado a las personas afectadas desde el punto de vista psico-afectivo, ni de qué repercusión tenía en sus familias.
No hay testimonios en la prensa de la época de las personas afectadas, de cómo aceptaban la enfermedad, cómo vivían separadas del entorno familiar durante meses, incapaces de participar en las actividades propias de su edad, en qué medida les afectaba el trato brindado por la familia y amigos tras la enfermedad y hasta qué punto condicionaba su vida esa necesidad de representar una vida ejemplar de resignación y sacrificio personal.
Estas imágenes buenas convivieron con la representación de seres deformes, víctimas de la polio y que experimentaban un gran dolor físico y psíquico.
Estas imágenes dramáticas se utilizaban para vencer la resistencia a la vacunación tipo SALK. “niños que se arrastraban por el suelo, costrosos, con el cuerpo lleno de malformaciones, sin fuerzas para andar por tener los músculos atrofiados, la piel y el hueso solamente…”
La prensa tampoco se hizo eco del impacto diferencial que un proceso invalidante como la polio podía tener en un entorno rural o urbano, ni de cómo la aparición de una enfermedad crónica en la niñez, era capaz de generar en las familias importantes alteraciones como los cambios de roles o jerarquías.
La asimilación de la polio a la meningitis y al sarampión y ambos a la noción de epidemia, ligados al ciclo anual, pero desvinculados de la atmósfera, el agua, los alimentos o los microbios, por lo que, cada primavera, hacía brotar el proceso del interior de los niños.
Otros atribuyen la aparición de los casos de polio a factores como el frio, existiendo una analogía en la forma de producirse con la tuberculosis, ambos generados a partir de resfriados mal curados, “no sientes a los chiquillos en el suelo, que les va a dar el apolio…” decían las abuelas.
Creían que las piernas dejaban de tener circulación o que desaparecían componentes de los músculos o el calcio de los huesos.
El paciente quedaba invalidado de por vida y sufría numerosas operaciones que originaban un gran gasto que las familias afrontaban vendiendo sus bienes, además del sufrimiento y la ruptura del ritmo normal de la vida.
El SOE tenía una cobertura muy limitada que fue ampliada con la aparición de la Seguridad Social en 1967.

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